jueves, 7 de mayo de 2015

INCI y otras cosas del querer...



¿INCI…? Eso qué eh lo que eh???

Pues para eso estamos, para contároslo!
Muchas de vosotras es probable que ya lo sepáis. El mundo de la cosmética goza de muy buena salud y mayor éxito, y a veces alucino de lo bien informadas que están hoy en día las consumidoras.

Bueno, al lío:


INCI es la abreviatura de International “Nomenclature of Cosmetic Ingredients” o, lo que es lo mismo, el sistema que se utiliza mundialmente para nombrar los ingredientes cosméticos. El inglés es el idioma común para la mayoría o, en algunos casos, el latín. Así, la Vitamina E pasa a denominarse “Tocopherol” o el Aceite de girasol lo encontraremos bajo el exótico nombre de “Helianthus Annuus SEED OIL”. Al hablar de INCI, nos referimos a la etiqueta de los “Ingredientes” de los productos y debemos saber que en primer lugar siempre aparecen los que se encuentran en mayor cantidad.

Aquí os lo explico un poco:



Ya veis que no tiene más ciencia. Primero se reflejan los ingredientes que se encuentran en mayor cantidad en el producto, y en adelante se enumeran de manera decreciente.


Lo que sí es un gran hallazgo para moi es esta pagina

Aquí podéis consultar los INCI de diversas maneras:
Por producto: se introduce la marca del cosmético y la página nos da los resultados de todos  los productos de dicha marca (los que posee su base de datos). Sólo tenéis que clicar en el que os interese y aparecerá una tabla con todos los ingredientes. Además, la tabla también refleja  la función que cumple dicho ingrediente, su posibilidad de producir acné e irritación y la “seguridad” de su uso en una escala por colores.

Por ingrediente: Esta es la menos útil de las funciones para nosotras, pobres mortales (que la Química la llevamos a trancas y barrancas), por darnos –en algunos casos- incluso pesos moleculares, nombres científicos y demás sobreinformación cuando a nosotras lo que nos interesa es ¿me va a poner guapa? Fuera coñas, lo que sí veo útil, en mi caso, es que los resultados también reflejan las funciones del ingrediente (si es un emoliente, si un conservante, ajustador de PH, antioxidante, etc)

Por producto (introduciendo nosotras el INCI): Súper útil si el producto que buscas no está en la base de datos de la página. Tampoco hay que introducirlo con un formato concreto. Reconoce los ingredientes y los clasifica en la tabla que ya os he comentado.


Todo este rollo se resume asín:


  
Como veis es una página muy completa y muy informativa. Es interesante porque nos informa del riego potencial de que un ingrediente en concreto pueda generar acné o resultarnos irritante, así como de la “peligrosidad” de algunos conservantes. Los resultados que nos facilitan están extraídos de informes de la FDA (Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos), el CIR (Cosmetic Ingredient Review: un informe anual realizado por expertos que evalúa la seguridad de los los ingredientes cosméticos. Y el Registro de Efectos Tóxicos de Sustancias Químicas (RTECS)

También es cierto que esos “riesgos” dependen de diversos parámetros: nuestro tipo de piel, si tenemos alguna alergia, el tiempo que llevamos utilizando el producto, si lo usamos en combinación con otros, cómo lo aplicamos, etc. Lo que es una realidad es que, hoy en día,  los cosméticos se someten a un mogollón de test de seguridad y deberíamos poder fiarnos de todos. Por mi parte, he descubierto que los precios exorbitantes no aseguran un buen producto y que con cuatro perrillas ¡puede una comprar unos “potis” de lo más cuquis!


¡Hasta prontito!

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